domingo, 2 de julio de 2017

Hoteles capsula (el primero)

Los hoteles cápsula ofrecen habitaciones pequeñas con forma de cápsula que proporcionan a los viajeros un lugar económico y agradable para pasar la noche. Las habitaciones cápsula están generalmente hechas de fibra de vidrio o de plástico y suelen medir 2x1x1,5 metros. Aunque son más pequeñas que incluso el camarote del barco más pequeño que puedas encontrar, te sorprenderá de que algunos tienen servicios básicos, como televisión, conexión a Internet inalámbrica y videoconsola. Puede ser un poco raro, pero si quieres intentar algo nuevo, el hotel cápsula es una experiencia a tener en cuenta.



El primer hotel de esta clase que fue abierto fue el Capsule Inn Osaka, diseñado por Kisho Kurokawa, y localizado en el distrito de Umeda, en la ciudad de Osaka. Se abrió al público el 1 de febrero de 1979.


El proyecto de Kurokawa era un poco más ambicioso del que en realidad se construyó, ya que constaba de dos torres en las que se disponían viviendas mínimas en forma de cápsula y que podrían ir creciendo orgánicamente de acuerdo a las necesidades futuras, de acuerdo a uno de los principios del Metabolismo.

Los edificios constaban de dos componentes: una megaestructura de concreto armado que contiene los ascensores y escaleras, con puentes que la interconectan a otros edificios, y las cápsulas, que se anclarían a la estructura en sólo 4 puntos para facilitar su reemplazo cada 25 años.
Cada cápsula mide 2.3 x 3.8 x 2.1 m y eran construidas con paneles livianos de acero (los mismos que se usan en contenedores de barcos de carga). Las unidades eran prefabricadas y luego montadas in situ.


En sus 14 pisos la torre alberga 144 unidades y están dispuestas de manera aleatoria para enfatizar su carácter desmontable.
Las cabinas estaban diseñadas para acomodar individuos, pero podían articularse entre sí para alojar familias. Además de mobiliario incluían un sistema empotrado de audio, televisión y teléfono, con todas las comodidades de la época.


© Tomio Ohashi

© Tomio Ohashi

© Tomio Ohashi

 

Actualmente el edificio adolece de serias desventajas funcionales, poca flexibilidad y una pérdida enorme de área en una zona donde, como dijimos, el valor del predio es altísimo. Kurokawa había propuesto la renovación de las cápsulas cada 25 años, pero en realidad dado el precio y el crecimiento de las ciudades japonesas, edificios enteros son demolidos en ese lapso de tiempo.
DoCoMoMo, la organización internacional para la documentación y preservación de la arquitectura moderna ha declarado a este edificio como patrimonio arquitectónico y ha realizado infructuososesfuerzos en nominar esta torre al Comité del Patrimonio Mundial para su consideración, dado que es uno de los más innovativos experimentos constructivos de la post guerra. Muchas instituciones, incluyendo la Sociedad de Arquitectos de Japón aboga por su restauración y preservación.



Fuente: 
El contenido del blog es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes. 

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